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CÓMO AFRONTAR LAS CAÍDAS EN BOLSA

10/08/2022

 

QUE NO TE IMPORTE QUE DUELA

 

En 2019, las 11 películas más taquilleras fueron nuevas versiones o secuelas de películas ya existentes como Vengadores, Frozen o Toy Story, porque así es más fácil garantizarse el éxito. Siguiendo el mismo espíritu, vamos a hacer una secuela de nuestro último ¿Sabías que…?, en el que hablábamos de cómo afrontar las caídas en bolsa.

 

Empecemos viendo la versión actualizada del gráfico que usamos en nuestro webinar de 2020 para explicar la magnitud de las caídas que tenía la bolsa[1]:

 

caidas acumuladas desde máximos del índice MSCI

 

Este gráfico representa todas las caídas en bolsa mensuales acumuladas desde máximos por un inversor en bolsa global[2] y la verdad es que no es un gráfico muy alentador. Aun así, el resultado de alguien que invirtiera 100.000 dólares en bolsa global a finales de 1969[3] ha sido este[4]:

 

evolución del patrimonio

 

Es decir, no solo ha recuperado todas las caídas en bolsa con el paso del tiempo, sino que ahora tiene 8,5 millones de dólares y para ver las caídas del 40% de la década de los setenta tenemos que mirar con lupa.

 

No nos malinterpretéis, seguro que las caídas dolieron mucho en su momento, incluso más de lo que cualquiera nos podamos imaginar ahora, pero el que supo aguantar el dolor recibió su recompensa. A todo el mundo le gusta una buena remontada, pero para remontar hay que aguantar cuando está cayendo el chaparrón, como hace Rafa Nadal.

 

¿QUÉ MÉTODOS HAY PARA AGUANTAR Y RECIBIR NUESTRA RECOMPENSA?

 

 1. Que no te importe el dolor

 

Hay una escena en la película Lawrence de Arabia en la que el protagonista apaga una cerilla con los dedos sin inmutarse y, cuando otro intenta hacer lo mismo, comienza el siguiente diálogo:

- ¡Au, cómo duele!

- Claro que duele.

- Entonces, ¿Dónde está el truco?

- El truco, William Potter, está en que no te importe que duela.

Si conseguimos que no nos importe el dolor que provocan las caídas en bolsa, nunca sentiremos la necesidad de vender en el peor momento y habremos ganado.

El problema es que esto no es nada fácil y de ahí que muchos tengamos que recurrir a otros métodos.

 

 2. Cambiar la perspectiva

 

Muchas veces el problema no son las cosas en sí mismas, sino el prisma a través del que las vemos. Por ejemplo, tanto una multa como una tarifa nos cuestan dinero, pero no son lo mismo. Una multa es un castigo por hacer algo mal, mientras que una tarifa es el coste que pagamos por obtener algo.

Puede que muchos consideremos las caídas como una multa a nuestro patrimonio, pero debemos cambiar la perspectiva. Las caídas no son una multa, sino el peaje que tenemos que pagar para conseguir mejores rentabilidades a largo plazo en bolsa en vez de en un depósito.

Por lo tanto, en los momentos de caídas en bolsa debemos tener claro que igual que ir a Disneyland cuesta más que ir a la feria del pueblo, invertir en bolsa da más sustos que invertir en un depósito; y que en ambos casos el resultado suele compensar el precio. El mayor problema de este método es que el precio a pagar no es conocido a priori. No solo eso, tampoco sabemos cómo lo pagaremos. Si somos capaces de aguantar sin vender, entonces el precio de tener mejores rentabilidades no lo pagaremos con dinero, sino con miedo, duda y arrepentimiento. Si no somos capaces de aguantar y vendemos en el peor momento, entonces el precio sí lo pagaremos con dinero, mucho dinero.

 

 3. No mirar

 

Incluso si cumplimos con los dos primeros métodos: somos capaces de ver las caídas en bolsa como el peaje a pagar por tener mejores rentabilidades y aprendemos conscientemente a que no nos duelan; el subconsciente siempre podrá jugarnos malas pasadas. Por eso debemos volver a incidir en el método explicado el mes pasado: No mirar.

El dolor que menciona Lawrence de Arabia es un dolor físico y superarlo exige mucha fuerza mental. El dolor que causan la volatilidad y las caídas es psicológico y puede que superarlo exija aún más fuerza mental. No obstante, al dolor psicológico podemos engañarlo.

Si nos quemamos con una cerilla y no miramos, nos seguirá doliendo. En cambio, si estamos perdiendo dinero y no sabemos exactamente cuánto, porque no estamos mirando, nada nos hará sufrir, ni siquiera las voces que cuestionan todos nuestros actos dentro de nuestra cabeza.

Es por esto por lo que nos reafirmamos en que la mejor forma de aguantar es no mirar cómo va nuestro patrimonio más que una vez al trimestre, semestre o año. Este es el método definitivo.

 

 

[1] Fuente: Bloomberg.

[2] Usamos datos de final de mes, si usáramos datos diarios las caídas serían mayores.

[3] El año en el que se creó el índice.

[4] Fuente: Bloomberg.

 

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