CÓMO SE DECLARAN LOS FONDOS DE INVERSIÓN EN EL IRPF

Saber cómo se declaran los fondos de inversión es importante si tenemos nuestro dinero depositado en uno, ya que cuentan con ventajas fiscales pero a su vez tienen una serie de particularidades a la hora de tributar.

Si quieres estar al tanto de si debes o no pagar impuestos por tus inversiones en fondos, cómo hacerlo, y cuánto debes pagar, lo que vamos a contarte a continuación te interesa, y mucho.

La ventaja al declarar los fondos de inversión

Una de las principales ventajas fiscales de los fondos y que debemos tener muy en cuenta es que están exentos de tributar hasta su reembolso: es decir, hasta que retiramos nuestra inversión –ya sea ganando o perdiendo dinero- vendiendo nuestras participaciones.

Esto implica que aunque hayamos trasladado nuestro dinero de un fondo a otro a lo largo del ejercicio fiscal, no pagaremos nada a Hacienda mientras lo hayamos hecho con la fórmula del traspaso, que es una opción que tenemos en los fondos de inversión de cambiar nuestra inversión de un fondo a otro sin llevar a cabo un reembolso del fondo anterior.

Gracias al traspaso, podemos invertir nuestro dinero en otros activos sin que éste disminuya por tener que pagar impuestos. De esta manera, podemos también aprovechar al máximo el llamado interés compuesto, que Einstein definió como “la fuerza más poderosa de la galaxia”: esto es, reinvertir a lo largo del tiempo el dinero invertido inicialmente junto con los intereses obtenidos, para que éstos se acumulen.

El pago de las plusvalías

Para calcular tanto las plusvalías (ganancias) como las minusvalías (pérdidas) en el momento del reembolso, hay que considerar que no sólo se tiene en cuenta la diferencia entre el precio de compra y venta en el último fondo donde invertimos, sino que ante Hacienda debemos comparar la inversión en el primer fondo –aunque luego hayamos hecho traspasos a otros- y el reembolso obtenido al retirar nuestra inversión, ya estemos en el fondo inicial o en otro.

De todas formas, lo normal es que sea la entidad gestora de tu fondo la que se ocupe por ti de informarte si tu reembolso ha generado plusvalías o no, y cuánto. Además de restar del precio de compra de participaciones el precio de venta, también se tiene en cuenta en el cálculo otros gastos asociados tales como las comisiones por suscripción o reembolso, si existen. La plusvalía está sujeta a una retención del 19%.

Tras hacer esa cuenta, se obtiene un rendimiento positivo o negativo que a efectos fiscales se considera como una ganancia o pérdida patrimonial, y tiene esta consideración en la base imponible en la declaración de la Renta; concretamente el resultado del balance iría en la casilla 312 del apartado G2 de la declaración.

A la hora de tributar, existen tres tramos progresivos:

Menos de 6.000 €: un 19%.
De 6.000 a 50.000 €: un 21%.
Más de 50.000 €: un 23%.

Para el País Vasco los tramos serían:

Menos de 2.500 €: un 20 %.
De 2.500 a 10.000 €: un 21 %.
De 10.000 a 15.000 €: un 22 %.
De 15.000 a 30.000 €: un 23 %.
Más de 30.000 €: un 25 %.

Y en el caso de Navarra:

Menos de 6.000 €: un 20 %.
De 6.000 € a 24.000 €: un 24 %.
Más de 24.000 €: un 27 %.

¿Quiere decir esto que vamos a desprendernos de estos porcentajes de las ganancias de nuestro fondo? En realidad no, ya que estos tipos son progresivos. Además como vamos a ver a continuación, las ganancias patrimoniales se integran y se compensan con el resto de nuestras inversiones, y Hacienda nos permite compensar las ganancias con pérdidas de otros productos de inversión.

Compensar pérdidas y ganancias

Como acabamos de explicar, la buena noticia es que si hemos tenido un buen año y hemos obteniendo beneficios, el pago a Hacienda puede ser menos doloroso si en anteriores ejercicios hemos tenido pérdidas.

Esta compensación de ganancias con pérdidas podemos hacerla como máximo con los cuatro últimos ejercicios, pudiendo restar a nuestro saldo positivo el dinero perdido en este período tanto en fondos como en otras inversiones (por ejemplo si hemos perdido dinero con acciones en bolsa).

Al mismo tiempo, si hemos obtenido pérdidas en fondos, deberemos restarlas a las ganancias en bolsa u otros productos de ahorro (depósitos, cuentas remuneradas, etc). El saldo final, sea positivo o negativo, se lo debemos presentar a Hacienda. Eso sí, esa compensación de pérdidas con ganancias de los rendimientos del capital no puede superar el 25% del saldo positivo.

Gastos deducibles de los fondos

Aquellos fondos de inversión que no son desgravables en la declaración de la Renta como lo son los planes de pensiones, sí que hay una serie de gastos que se pueden deducir de las ganancias; se trata de las comisiones por suscripción, reembolso, aunque en realidad son gastos que en la información fiscal que remite el fondo con los beneficios quedan reflejados, facilitándonos el trabajo.

Es decir, cualquier dinero extra que hayas tenido que pagar y cualquier cantidad que hayas dejado de recibir al realizar el reembolso (venta de las participaciones), puedes deducirlo ante Hacienda.

Fiscalidad de fondos garantizados y de reparto

Llegados hasta este punto, nos queda únicamente por mencionar dos tipos especiales de fondos; se trata de los fondos de inversión garantizados, que pueden tener una tributación diferente al resto debido a su funcionamiento y a que garantizan la inversión.

También es un caso especial el de los fondos de reparto, que reparten dividendos de forma periódica: dichos dividendos se consideran rendimientos del capital (mobiliario, en este caso) y por tanto en la declaración están sujetos a tributación, que puede ser del 19 al 23%.

Queda claro por tanto que aunque los fondos son un producto muy apetecible para invertir y obtener un beneficio, no sólo existen muchos tipos diferentes y su funcionamiento es complejo, sino que además hemos de saber bien cómo se declaran los fondos de inversión para que en la declaración de la renta no nos dejemos nada sin anotar, aunque sea por despiste. Ya se sabe: Hacienda, somos todos.

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