QUÉ ES EL IVA DEVENGADO Y CUÁNDO DEBES DECLARARLO

¿Estás pensando en hacerte autónomo o formar una pequeña empresa? Si aún no sabes lo que es el IVA devengado, cómo te influye y cuándo declararlo, ¡léenos, porque hoy te contamos todo esto y más! Ya sabemos que el IVA es el Impuesto sobre el Valor Añadido y que es un tributo que recae sobre el consumidor final. Pero una de las claves de este impuesto es su devengo, algo que autónomos y Pymes conocen perfectamente. Un tributo de obligada declaración a Hacienda mediante el modelo 303 y que ha de presentarse de forma trimestral.

El Impuesto sobre el Valor Añadido

El IVA o Impuesto sobre el Valor Añadido es un impuesto que grava (casi) todas las operaciones comerciales y que recae sobre el consumo. Los impuestos indirectos, como es el caso del IVA, se recaudan con el fin de destinarlos para sufragar la creación, desarrollo y mantenimiento de los servicios públicos. Hay tres tipos impositivos en España: del 21%, 10% y 4%.

El tipo de IVA general en nuestro país se sitúa en 2021 en el 21% y es aplicable a todas las operaciones comerciales. A todas, excepto a las que se aplique el tipo de IVA reducido o supe reducido. El IVA reducido del 10% se aplica a alimentación, agua, vivienda, gafas, productos sanitarios, transporte, limpieza, cultura, entre otros muchos. El tipo de IVA supe reducido se fija en un 4% y es aplicable a productos básicos (pan, harina, huevos, leche, fruta, verdura, legumbre…). También se aplica a libros, medicamentos, movilidad reducida y diversidad funcional, viviendas de protección oficial o residencias, por nombrar algunos.

Existen operaciones exentas de este tributo, quedando recogidas aquellas sujetas al mismo en la Ley del IVA. Según la cual, este deberá aplicarse en todo el territorio español, incluyendo Islas Baleares y excluyendo Islas Canarias, Ceuta y Melilla. Las operaciones sujetas a IVA son: entregas de bienes y prestación de servicios entre empresas y profesionales, adquisiciones intracomunitarias de bienes e importaciones de bienes.

¿Qué es el IVA devengado o repercutido?

El IVA devengado es el impuesto que se suma al precio de un producto o servicio y que recae sobre el consumidor final. Es decir, en los casos de que un profesional cobra al cliente ese IVA correspondiente al producto que le vende o a la prestación de ese servicio. Por ejemplo, un diseñador web que crea y diseña una web para un cliente que quiere digitalizar su negocio, como profesional autónomo que es deberá emitir la factura pertinente y cobrarle por sus servicios.

En ella reflejará el precio por su servicio más el 21% de IVA. La factura deberá reflejar todos los conceptos desglosados, incluyendo la base imponible (precio que cobra el profesional por su servicio) y la cuota tributaria. Ese IVA que ingresa por ese trabajo concreto, es el IVA devengado. Por tanto, es el autónomo quien cobra el IVA al cliente y que, posteriormente deberá declarar a Hacienda.

También se le conoce como IVA repercutido. No hay diferencias en estos conceptos, pero suele ser más habitual utilizar el término devengado. Aunque quizá, sea más fácil recordarlo como repercutido, para relacionarlo con que es el impuesto que se repercute sobre el cliente final. Cuando un profesional autónomo cobra ese tributo, no forma parte de sus beneficios, sino que tendrá que pagarlo con posterioridad a la Agencia Tributaria. Por tanto, podría decirse que se trata de una carga impositiva que recae sobre el cliente y no forma parte del balance económico del autónomo. A través del modelo 303, cada trimestre (abril, julio, octubre, enero) el autónomo entrega el total del IVA devengado derivado de su actividad económica.

Diferencia entre IVA devengado e IVA deducible

Desde el punto de vista del cliente, el IVA (devengado, para un autónomo) es la tasa de impuestos que paga al comprar un artículo. El autónomo, como ya hemos comentado, no se queda ese IVA, sino que lo entrega a Hacienda trimestralmente. Pero ese autónomo, en ocasiones, también es cliente y puede deducirse el IVA de lo que adquiere, siempre que tenga relación con su actividad profesional.

Imaginemos un programador informático que necesita adquirir un software nuevo, realizar un curso o renovar su viejo ordenador. El IVA que pague correspondiente a cualquiera de estos tres supuestos cuenta como gastos o compras relacionadas con su profesión. Y, por tanto, se consideran herramientas necesarias para el desarrollo de su actividad.

Pues bien, este IVA es el IVA deducible o soportado. Entonces, según este ejemplo, el diseñador freelance cobrará un IVA devengado a sus clientes, pero pagará otra tasa impositiva al comprar un ordenador nuevo. Según la Ley del IVA, al presentar la declaración el IVA soportado se restará del IVA repercutido; el resultado será lo que pague a Hacienda.

Entonces, la Agencia Tributaria permite deducirse el IVA soportado que un autónomo haya pagado a lo largo del ejercicio de su actividad. Eso sí, debe ser un impuesto gravado en España, no pudiendo deducir otro tipo de cuota impositiva de otro país. Únicamente autónomos y pymes pueden deducirse IVA. Cabe destacar, además, que el IVA de alcohol, el tabaco e incluso productos alimenticios (y gastos de representación) no son deducibles.

Por último, a nivel contable, seguramente hayas oído hablar del principio de devengo. Se trata de una norma (contable) que establece la obligación de registrar inmediatamente cualquier acción económica, ya sea de pago o cobro. El objetivo es la confección de un balance de empresa con exactitud y que exprese la situación financiera, patrimonio y fiscalidad de cada ejercicio.

Hoy te hemos contado qué es el IVA devengado, cómo declararlo y algunos otros conceptos relacionados con este impuesto. Si quieres seguir atento a nuestros próximos artículos, sigue nuestro blog porque ¡seguiremos publicando cada semana!

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