figuras hipotecarias

QUÉ FIGURAS HIPOTECARIAS EXISTEN Y QUIZÁS DESCONOZCAS

 

La desidia, la desinformación o el exceso de confianza hacen que firmemos documentos sin conocer bien todos sus términos. Los contratos hipotecarios no son una excepción. Se nos escapan conceptos y matices que no acabamos de comprender y, aun así, firmamos. Firmar una hipoteca constituye la deuda más importante que vamos a adquirir en nuestra vida. Al menos, para la mayoría de nosotros. ¿No sería conveniente conocer con exactitud los términos, condiciones y figuras jurídicas reflejados en el contrato? Además de avalista, titular o prestamista, existen otras muchas figuras vinculadas a la firma del contrato de una hipoteca. En este post, os explicamos algunas de las figuras hipotecarias que podemos encontrar en un contrato hipotecario y qué representan exactamente.

 

Figuras hipotecarias presentes en una operación inmobiliaria

 

Como resulta evidente, a la hora de firmar un préstamo, sea de la naturaleza que sea, es de vital importancia leerlo atentamente y entender todo lo que refleja. Sin ir más lejos, la firma de una hipoteca incluye términos y figuras jurídicas que, en ocasiones, no tenemos del todo claro. Y claro, entre esas figuras, se encuentra el firmante, que somos nosotros. Por eso, resulta esencial saber identificarnos dentro de esos roles e informarnos bien cuál es el vínculo exacto con ese contrato. Independientemente de que seamos titulares, avalistas o lo que sea. A continuación, explicamos las figuras hipotecarias más comunes.

 

Deudor hipotecante

 

Cuando hablamos de un préstamo, hipotecario o no, el deudor o prestatario es quien recibe el dinero por parte de una determinada entidad financiera. Por tanto, refleja a la persona que debe al banco esa cantidad. La entidad que presta el dinero aparecerá reflejada en contrato como prestamista.

 

El deudor hipotecante, entonces, es quien solicita el crédito hipotecario. Para la entidad prestamista, constituye una garantía hipotecaria para la devolución del capital que ha adelantado para la compra del inmueble. En este caso, la figura representa a la persona que ha pedido el dinero y es la única responsable en caso de impago.

 

Avalista

 

Otra figura hipotecaria habitual en este tipo de préstamos y que, sin embargo, no conocemos en concreción qué supone firmar como tal. Sí sabemos que el avalista responde frente a la deuda de un tercero, siendo el mejor ejemplo unos padres que avalan a un hijo para la compra de una casa.

 

Hasta aquí, todo claro. Lo que quizá no sepas es que un avalista responde frente a esa deuda con sus ingresos y patrimonio, tanto presentes como futuros. Ten en cuenta, además, que el banco podría reclamar incluso antes al avalista que al deudor. Incluso, aun cuando este posea bienes en su patrimonio. Esto ocurre cuando renunciamos al beneficio de excusión.

 

Hipotecante no deudor

 

Una de las figuras menos conocidas, pero que nos conviene conocer para ahorrarnos más de un dolor de cabeza. El hipotecante no deudor es una alternativa a firmar como avalista y poner en riesgo nuestro patrimonio. Aquí, se limita la responsabilidad, al responder únicamente con un inmueble y no con todos los bienes, presentes y futuros, como ocurre con el avalista.  

 

Atendiendo a esto, los hipotecantes no deudores quedarían comprometidos a resolver la deuda de un tercero, pero se limita a lo hipotecado. Por tanto, esta figura, junto a la del fiador (que explicamos después) podrían exigir a la entidad concesionaria del préstamo que agote antes el patrimonio del deudor principal.

 

Usufructuario

 

Una figura que se da con más frecuencia de lo que imaginamos, especialmente, en materia de vivienda. Un usufructuario tiene derecho a disfrutar de un bien ajeno determinado, siempre con la obligación de mantener su forma y sustancia. Existen usufructuarios temporales, con un plazo determinado, y usufructuarios vitalicios.

 

Es muy habitual esta forma jurídica en herencias de viviendas. La figura expresa que esa persona está en posesión de la vivienda en relación al uso y disfrute de la misma. Eso sí, no cuenta con la propiedad de dicho inmueble. Se entiende, entonces, que esta persona puede hacer uso de esa casa, pero no puede hipotecarla, por ejemplo. Lo que quiere decir que, al no ser propietario, no podría vender ni realizar cualquier otra acción sin el consentimiento del titular de las escrituras.

 

Titular hipotecario sin propiedad

 

Parecido al papel del avalista, esta figura hipotecaria pasaría a ser titular del préstamo hipotecario, pero no de las escrituras del bien inmueble. Al ser titular de la hipoteca, aunque no de la vivienda, debería responder con su patrimonio en caso de impago. Obviamente, estaríamos ante una figura que conlleva cierto riesgo, ya que no tiene ningún derecho sobre la propiedad, pero sí estaría adquiriendo todas las obligaciones.

 

Fiador

 

Por último, a estas figuras habría que añadir además la del fiador. Es bastante común confundir fiador y avalista, por lo que conviene aclarar la diferencia. Por una parte, el fiador queda obligado a resolver el impago de una deuda, siempre que se haya reclamado primeramente el impago al deudor principal. Además, se habría tenido que agotar también la vía de embargo de bienes al deudor. Solo entonces el fiador tendría que hacer frente a la deuda garantizada.

 

Por el contrario, el avalista responde a esa deuda en caso de impago del deudor y al mismo tiempo. Ambas figuras, podrían reclamar al deudor las cantidades de las que se hayan hecho cargo y siempre derivadas del impago del crédito hipotecario.

 

Estas son las principales figuras hipotecarias que podrías encontrar en un contrato hipotecario. Queríamos explicártelas en detalle para que sepas lo que supone firmar en cada supuesto. Esperamos haber aclarado algunos términos al respecto y te invitamos a que continúes leyendo nuestros próximos artículos. ¡Nos vemos por aquí!