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A LO MEJOR SÍ, A LO MEJOR NO…PARÁBOLA TAOÍSTA DEL GRANJERO Y SU HIJO

20/09/2018

 

Hay una parábola taoísta que quizás hayáis escuchado en distintas versiones y que es más o menos así:

 

Un granjero y su hijo tenían un único caballo para ayudarles y un día se escapa. Su vecino, pretendiendo consolarles, les dice: “Lo siento mucho, ¡qué mala suerte!”. A lo que el granjero le contesta: “A lo mejor sí, a lo mejor no. Ya veremos.”

Unos días más tarde el caballo vuelve a la granja y trae con él una docena de caballos salvajes. Por lo que el vecino se apresura a decir: “Enhorabuena, ¡esto si que es buena suerte!”. A lo que el granjero le contesta: “A lo mejor sí, a lo mejor no. Ya veremos.”

 

Al poco tiempo el hijo se cae y se rompe una pierna intentando domar a los caballos. Por lo que el vecino les dice: “Vaya, lo siento mucho, ¡esto sí que es mala suerte!”. A lo que el granjero le contesta: “A lo mejor sí, a lo mejor no. Ya veremos.”

Al día siguiente aparecen los militares en el pueblo para reclutar a todos los hombres jóvenes para ir a una muerte segura en la guerra, pero el hijo no es reclutado por tener la pierna rota. El vecino solo puede exclamar: “Toma ya, ¡esto si que es buena suerte!”. A lo que el granjero le contesta: “A lo mejor sí, a lo mejor no. Ya veremos.”

 

A muchos les parecerá que lo que pasa es que el granjero es un pasota, pero lo cierto es que simplemente tiene mayor perspectiva, es capaz de pensar a largo plazo. Seguramente cada uno sacará una moraleja distinta, pero la nuestra es que ningún suceso puede juzgarse como negativo o positivo en sí mismo, solo el tiempo lo dirá.

 

Y si no, que se lo digan a los ganadores de la lotería. Solo con buscar: “maldición de la lotería” en internet, encontraréis muchos artículos describiendo como muchos ganadores de los mejores premios de la lotería se declaran menos felices a los pocos años de haberla ganado y no son pocos los que incluso tienen menos dinero que antes de ganarla. Ya lo dice el dicho:

 

Ten cuidado con lo que deseas”.

 

O que se lo digan a Steve Jobs, que quedó devastado cuando le echaron de Apple en 1985 y 20 años más tarde reflexionaba que había sido lo mejor que le había pasado en su vida porque le permitió fundar Next, que es la base del software de la Apple que conocemos hoy en día, y Pixar, el estudio de animación de mayor éxito de la historia. Es decir, si no le llegan a echar de la compañía que el mismo fundó, quizás no tendríamos ni el iPhone ni Toy Story.

 

Esta parábola aplica muy bien a las inversiones dado que en los mercados muchas veces las grandes caídas nacen de los excesos de las grandes subidas y viceversa, tal y como simboliza el símbolo del yin y el yang del taoismo.

 

De hecho, si observamos el comportamiento del vecino y el granjero en un gráfico veremos rápidamente las similitudes con el mercado:

comportamiento del vecino y del granjero

Como vemos en el gráfico, el vecino es como el mercado, pasa de la pura alegría al puro desánimo con un solo evento.

En cambio, nosotros deberíamos aspirar a ser como el granjero, capaces de mantener la calma ante los vaivenes del mercado y saber que, aunque cada hueso de nuestro cuerpo nos pida comprar más bolsa cuando esta está en máximos, quizás lo mejor sea rebalancear[1] la cartera y comprar los bonos que tan poco dinero nos han dado en comparación.

 

O viceversa, una caída grande de la bolsa se puede interpretar como un acontecimiento inequívocamente negativo, pero también como una oportunidad de rebalancear la cartera y comprar bolsa a precios extremadamente atractivos.

 

Independientemente de lo que hagamos, lo que está claro es que nuestro patrimonio va a fluctuar con el estado de ánimo del mercado y cuanto más nos podamos parecer al granjero no solo mejores decisiones podremos tomar, sino que más tranquilos podremos vivir.

 

[1] El rebalanceo es un proceso mediante el cual hacemos que la cartera vuelva a tener los pesos originales. Por ejemplo, si tenemos el 50% en fondos de renta variable y el 50% en fondos de renta fija y la bolsa sube un 20% y los bonos nada, los pesos pasarían a ser aproximadamente 55% en bolsa y 45% en bonos, por lo que el rebalanceo cogería el 5% extra de la bolsa y lo metería en los bonos. Es decir, el rebalanceo siempre vende lo que ha subido mucho para comprar lo que ha bajado, evitando así los excesos.

 

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