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¿SE ACERCA LA PRÓXIMA CRISIS ECONÓMICA MUNDIAL?

 

La reciente guerra de Ucrania y nada menos que dos años de pandemia, han traído consigo las previsibles consecuencias socioeconómicas. Negativas, obviamente. El aumento de la inflación no se ha hecho esperar y la ralentización del crecimiento a nivel global es más que evidente. Los intentos de recuperación económica tras la crisis provocada por el coronavirus han sido definitivamente sesgados tras, y por, el conflicto ruso-ucraniano. Además, la subida desmesurada de los precios de carburantes y en el sector energético parece prolongarse más de lo esperado. A todo esto, hay que sumar la recién aprobada subida histórica de los tipos de interés en Estados Unidos con objeto de frenar la inflación. Algo que, se prevé, acentuará la presión sobre el Banco Central Europeo. Entonces, ¿nos encontramos frente a una nueva crisis económica mundial? A continuación, todas las claves.

 

Ingredientes que podrían anticipar una crisis económica mundial

Nos encontramos en un contexto global con algunos elementos clave que hacen saltar las alarmas sobre una posible crisis económica a gran escala. El férreo confinamiento en China, la dependencia de Occidente de los combustibles fósiles rusos y la inversión de la curva de tipos en Estados Unidos. Tres factores, claros indicadores que anticipan vientos de cambio drásticos en la economía mundial.

 

El coste económico de la guerra en Ucrania ya se ha visto reflejado en el PIB de multitud de países. La inflación se ha disparado en diversas economías, situándose en un 7,9% en EEUU y en un 7,5%, en la zona euro. En España, alcanzamos un peligroso 9,8%. El gas procedente de Rusia lleva décadas calentando los hogares de Occidente y, en general, los altos costes de la energía están haciendo estragos. Todo esto genera una lógica incertidumbre en la bolsa que se traduce en una alta volatilidad de los mercados.

 

Por otro lado, China supone un verdadero quebradero de cabeza para la economía mundial. Claro ejemplo es su más que cuestionable estrategia de confinamiento. Medidas contra el Covid-19, con China cerrada, que suponen un gran impacto a nivel global. De esta forma, numerosos productos y materias primas han sufrido incrementos desorbitados en sus precios. Ya que, además, muchos materiales y consumibles tienen que depender de occidente.

 

Todo esto, sumado a la inminente recesión en EEUU, trae consigo un freno al crecimiento económico internacional. Las consecuencias para Occidente frente a esta contagiosa expectativa de inflación apuntan a una probable subida de los tipos de interés por parte del BCE. A pesar de ello, algunos expertos dudan de que la inflación en Europa llegue a alcanzar récords históricos. Ya que, señalan, el mercado laboral europeo goza, en general, de buena salud. Además, hoy en día existen muchos bancos centrales independientes y algunas ayudas fiscales de protección de la economía.

 

La Reserva Federal de EEUU acaba de subir los tipos de interés un 0,5%, el mayor incremento en más de 20 años. El encarecimiento del dinero, es decir, el aumento en las tasas de interés, siempre han sido indicativo de la llegada de periodos de recesión. Otra señal que suele preceder a las recesiones históricas, son las grandes desviaciones al alza del precio del petróleo. Una materia prima esencial que, como ya hemos podido comprobar, encarece significativamente el transporte, la energía y los suministros. Un conjunto de elementos que merma de forma drástica el poder adquisitivo de los ciudadanos, así como su capacidad de ahorro. Esto, se traduce también en la desconfianza de la ciudadanía y un bajo estado de ánimo que reduce los niveles de consumo en general.

 

La inversión de la curva de tipos en Estados Unidos

Un indicativo del que están pendientes todos los analistas financieros es la inversión de la curva de tipos… de Estados Unidos. Algo que suena muy técnico, pero que no es muy complicado de entender. Aunque es cierto que es muy difícil prever si llegará o cuándo llegará una recesión mundial, conviene tener muy presente este indicativo. ¿Por qué? Porque únicamente ha fallado en una ocasión a la hora de anticipar las grandes crisis. Veamos en qué consiste.

 

La curva de tipos representa la relación entre la rentabilidad de la deuda de una determinada economía a corto y largo plazo. La inversión de la curva de tipos en EEUU expresa que su deuda a corto plazo es más rentable que su deuda a largo plazo. Lo normal es que ofrezca mayor rentabilidad prestar a largo que a corto plazo. Es decir, que la curva suele tener forma creciente. Obviamente, supone un riesgo mayor prestar dinero a corto plazo que con un horizonte temporal extenso. Además, a mayor incertidumbre, mayor será el interés que se solicite.

 

Entonces, la curva invertida indica que la situación económica a corto plazo goza de mala salud. Cabe destacar, sin embargo, que para los analistas el tramo más relevante es el bono de dos a diez años. Es decir, que, con este ejemplo, se observa que a diez años se paga más que a dos años. Esta situación anómala, puede indicar una posible desaceleración del crecimiento del PIB estadounidense. O peor, que se aproxima una recesión económica en el país americano.

 

Por tanto, para comprobar esto, hay que fijarse en la evolución histórica del diferencial entre el rendimiento de los tipos de bonos mencionados. De media, suele transcurrir más de un año desde que se invierte la curva hasta el momento de la recesión. Y, como comentábamos al principio, solo en una ocasión ha supuesto este indicativo una falsa alarma.

 

Y tú ¿piensas que nos encontramos frente a una nueva crisis económica mundial? De momento, para estar al día, actualizado, sobre noticias financieras, ¡sigue leyéndonos!