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¿QUÉ HIPOTECA ME PUEDO PERMITIR?

 

Si queremos tener las cosas claras desde el inicio, para empezar a tomar la decisión de comprar una vivienda, hay que saber que la hipoteca máxima que cualquier cliente se puede permitir es aquella que la entidad bancaria estima que puede devolver. La valoración por parte de la entidad bancaria de la cantidad total del préstamo viene precedida por el análisis del riesgo y la solvencia económica actual del cliente. Para ello, tienen en cuenta la situación laboral y personal, así como el patrimonio que posee. No obstante, desde el punto de vista de la salud financiera, todos los futuros clientes de una hipoteca pueden ejecutar su propio análisis de riesgo. De este modo, deben considerar qué cantidad, plazo y cuotas encajan con sus objetivos laborales, de ahorro y personales.

¿Cómo calcular qué hipoteca me puedo permitir?


Para calcular qué hipoteca se ajusta al contexto e interés del cliente, este debe tener en cuenta tres aspectos: los ingresos, el capital de ahorro y el plazo de amortización.

Los ingresos: permiten conocer la cuota mensual que el cliente puede asumir.

El capital de ahorro: el cliente debe tener ahorrado como mínimo el 20% del valor de la vivienda, puesto que las entidades bancarias financian como máximo el 80%.

El plazo de amortización: mientras mayor sea el plazo de amortización menor será la cuota.

¿Qué hipoteca me puedo permitir según mis ingresos?

Principalmente, los clientes que desean pedir una hipoteca deben considerar sus ingresos. Es crucial puntualizar que los bancos únicamente tienen en cuenta los ingresos recurrentes, es decir, los ingresos puntuales y temporales no son válidos para este análisis. Teniendo en cuenta las recomendaciones del Banco de España, es aconsejable que la cuota hipotecaria no supere el 35% del sueldo o ingresos mensuales. Por lo tanto, si el interesado gana 1.500€ mensuales, la cuota de la hipoteca no debería superar los 525€ al mes.

Otro modo de estimar la cantidad que se puede dedicar a pagar la cuota de la hipoteca es analizar la capacidad de ahorro mensual. Esta fórmula es menos precisa, ya que cada mes puede variar dependiendo de las circunstancias personales. No obstante, se recomienda pagar un poco menos del ahorro mensual, de este modo, se continúa ahorrando algo.

¿Y teniendo en cuenta mis ahorros?

 

Además, de los ingresos recurrentes, para calcular qué hipoteca se puede permitir un cliente, es importante tener en cuenta la cantidad de dinero ahorrado. Como ya hemos comentado anteriormente, los bancos solo aportan el 80% del valor de tasación o de compraventa, por ello, el cliente debe disponer como mínimo del 20% restante para poder culminar la financiación de la vivienda.

 

De esta manera, si se desea comprar una vivienda de 180.000€ y la entidad financia el 80% de la misma, el cliente debe tener ahorrados al menos 36.000€ para subsanar el 20% restante.

 

También es esencial tener en cuenta que existen otros gastos vinculados a la gestión hipotecaria, como son los gastos de notaría, gestoría, registro, impuesto, etc. Todos estos gastos se reparten entre el banco y el cliente, por lo tanto, es aconsejable disponer de un 10% adicional para poder abonar estos gastos sin agobios.

Plazos para amortizar la hipoteca

 

Otro factor esencial que influye directamente en el importe máximo de la hipoteca que se puede permitir un cliente es el plazo de amortización. Por lo general, a mayor plazo, menor es la cuantía y viceversa. Sin embargo, todo futuro cliente hipotecario debe tener en cuenta los siguientes aspectos:

 

Cuanto mayor es el plazo, mayores son los intereses: los intereses de una hipoteca se calculan sobre el capital pendiente. De esta forma, cuanto más se alarga la amortización, el cliente más pagará en total por la hipoteca, aunque la cuota mensual sea menor. Generalmente, las entidades ofrecen hipotecas hasta 30 años.

 

Durante las primeras cuotas se abonan más intereses que capital: para calcular las cuotas de una hipoteca se emplea el sistema de cuotas constantes. Por esta razón, la cuota enfocada al pago de intereses es mayor al principio de la hipoteca. Además, a este pago extra se le debe añadir el plazo. Que como es de suponer, con mayor plazo tendrá más intereses. En este contexto, se puede dictaminar que al aumentar el plazo un 20% (por ejemplo, 20 años) no se reduce la cuota un 20%.

 

● También a mayor plazo, mayor es la incertidumbre. Prever la situación laboral y personal es imposible. Por ese motivo, es recomendable elaborar una previsión de vida en una escala de 10 a 15 años. Asimismo, conforme aumenta el plazo, crece la incertidumbre. Sin embargo, este hecho no debe intervenir en el plazo de amortización de la hipoteca. Simplemente es un dato que debemos tener en cuenta. Siempre deben prevalecer las necesidades e intereses financieros del cliente.

 

Previsión de cambios futuros

 

Al pedir una hipoteca, el cliente conoce su situación laboral y personal presente, puesto que es crucial para la entidad bancaria. Del mismo modo, el cliente debe considerar cuestiones futuras, como es el hecho de reducir su jornada laboral, tener un hijo o montar una empresa. Estos datos sí son relevantes a la hora de decidir la cantidad y del plazo de amortización de la hipoteca, ya que afectan al equilibrio presupuestario familiar.

 

En este sentido, la respuesta a la pregunta ¿qué hipoteca me puedo permitir? No solo depende del banco, sino del contexto presente y las perspectivas de futuro. En la actualidad hay entidades que ofrecen hipotecas habiendo suprimido algunas de las comisiones hipotecarias. Por ejemplo, en EVO Banco no cobramos comisiones de estudio, ni de apertura. ¡Puedes echar un vistazo a las condiciones que desde EVO Banco te ofrecemos con nuestras hipotecas inteligentes!
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