prestamos-hipotecarios

¿CUÁLES SON LOS TIPOS DE PRÉSTAMOS HIPOTECARIOS?

 

¿Pensando en contratar un préstamo hipotecario para adquirir un inmueble? Antes de iniciar cualquier trámite es conveniente conocer las singularidades de este producto bancario. A continuación, te detallamos las principales diferencias entre hipoteca y préstamo hipotecario, los tipos de préstamos hipotecarios y te damos algunas recomendaciones para elegir el préstamo hipotecario más adecuado para tu perfil.

Diferencias entre hipoteca y préstamo hipotecario


La mayoría de los clientes de las entidades bancarias desconocen las diferencias entre hipoteca y préstamo hipotecario. Descubrir las particularidades de estos 2 productos financieros es crucial a la hora de iniciar un proceso hipotecario.

Un préstamo hipotecario se puede definir como un contrato entre la entidad bancaria y una empresa o particular, es decir, una obligación garantizada. La entidad entrega una cantidad de dinero al cliente a cambio de unos intereses o primas, de este modo, amortiza el crédito durante un tiempo predeterminado. De este modo, el titular se compromete a pagar el préstamo periódicamente. Además, en caso de impago, la entidad puede tomar el inmueble como garantía de devolución.

Por su parte, la hipoteca es la garantía de que el titular ejecutará el pago del préstamo. Por tanto, es el derecho real de garantía que va unido al inmueble y debe quedar inscrito en el Registro de la Propiedad. De esta forma, una vez completado el pago del préstamo hipotecario, si el titular quisiera vender el inmueble, debería anular la hipoteca en el Registro de la Propiedad.

Tipos de préstamos hipotecarios según interés

Las entidades bancarias ofrecen tres tipos de préstamos bancarios según el tipo de interés:

Fijo: en esta opción el tipo de interés no varía, cuando un cliente contrata un préstamo hipotecario fijo paga la misma cuota mensual durante los años que esté vigente. Por tanto, si la entidad bancaria establece una cuota de 400 euros al mes y se mantiene la hipoteca durante 30 años, durante todo este período el cliente pagará mensualmente 400 euros. Los gastos de tramitación vinculados suelen ser más elevados y suelen llevar comisiones de apertura. Esta opción es la más recomendable para aquellos clientes que buscan una cuota estable para controlar sus finanzas.

Variable: en este caso, la cuota de la hipoteca puede variar, puesto que la entidad bancaria establece revisiones relacionadas con el índice de referencia establecido. Por lo general, las hipotecas variables suelen estar vinculadas al euríbor, de este modo, según sus movimientos la cuota mensual subirá o bajará. Los gastos de tramitación suelen ser menores que los que tiene una hipoteca fija. Este tipo de préstamo hipotecario es aconsejable para los clientes que tienen más tolerancia al riesgo. Si hubiera una bajada de tipos se beneficiarían, pero si fuera una subida, saben que es así por contrato, tendrían que asumirlo.

Mixta: muchos clientes dudan entre hipoteca fija o variable, por ello, se decantan por una hipoteca mixta. En esta ocasión, la hipoteca se mantiene fija durante un período de tiempo, generalmente, entre los 3 y 10 años y posteriormente, funciona como una variable. De esta manera, la cuota se deriva a revisiones periódicas en función del índice de referencia determinado. Los gastos de tramitación en este tipo de hipotecas suelen ser muy semejantes a la de tipo variable.

Tipos de préstamos hipotecarios según la cuota

 

La cuota es la cantidad de dinero que se paga mensualmente para liquidar el préstamo. Asimismo, se pueden clasificar los tipos de préstamos bancarios según el tipo de cuota.

Cuota fija: es el más habitual en España. Se compone de una parte de capital amortizado y otra de intereses. El primer año se pagan más intereses que parte amortizada, sin embargo, esto cambia con el paso del tiempo.

Cuota blindada: se mantiene la misma cantidad de cuota, sin importar la variación en los intereses. No obstante, si los intereses aumentan o disminuyen, solo varían los plazos, puesto que consecuentemente aumentan o disminuyen, pero siempre se mantiene la misma cantidad.

Cuota creciente: tal y como indica su nombre, la cuota va creciendo año tras año un 1 o 2%, dependiendo de la oscilación de los intereses.

Cuota final: se guarda una gran parte del capital del préstamo para pagarlo en un último plazo. La cuota total es menor, pero se acumula un mayor número de intereses.

Solo intereses: este tipo es el menos habitual y el más peculiar. Se trata de abonar en varios plazos los intereses acumulados.

¿Cómo elegir los tipos de préstamos hipotecarios más adecuados?

 

Antes de iniciar cualquier trámite es conveniente analizar detenidamente todas las opciones disponibles. Elegir entre uno u otro tipo depende de los siguientes contextos:

Según el perfil del cliente

 

Existen dos tipos de perfiles: el cliente que no le importa arriesgar para acabar pagando menos por su hipoteca y el cliente que busca una opción más estable. Del mismo modo, es importante saber que si el cliente es joven o funcionario puede acceder a una hipoteca con más ventajas.

Importe y años de la hipoteca

 

El cliente debe comprobar si va a poder hacer frente a los intereses contratados antes de solicitar un préstamo. Para ello, puede solicitar a la entidad bancaria una simulación del gasto con las diferentes subidas del tipo de interés. Por otro lado, los bancos suelen establecer hipotecas desde los 15 hasta los 40 años de plazo.

Tipo de inmueble

 

Algunos bancos ofrecen diferentes hipotecas dependiendo del inmueble. En este sentido, existen hipotecas para suelo sin urbanizar, para adquirir una primera o segunda residencia, bienes rústicos y urbanos, etc.

 

Como conclusión, lo más importante es comparar las diferentes opciones y tener definidos unos objetivos a largo plazo. ¿Quieres contratar un préstamo hipotecario? ¡Consúltanos, estaremos encantados de contarte todas las opciones disponibles! Te asesoramos sin ningún tipo de compromiso... ¡Llámanos!

 

¡SIMULA YA TU HIPOTECA INTELIGENTE!