Diferencias en la fiscalidad de un leasing y un renting

¿Hay diferencias fiscales del leasing y el renting?

Cada producto tiene sus características específicas pero además existen diferencias fiscales del leasing y el renting. Respecto a las cuotas, tanto en el leasing como en el renting podemos beneficiarnos de algunas ventajas fiscales, siempre y cuando el bien financiero contratado se destine a la actividad profesional para la que va a ser usado. Debe quedar claro que la desgravación es por parte del IVA y el IRPF en las cuotas y no sobre el Impuesto de Sociedades.

Diferencias fiscales entre un leasing y un renting

Fiscalidad del leasing

El leasing está diseñado para ser una forma de alquiler financiero de un producto determinado y va con la opción de su compra, mediante el cual el arrendatario se compromete a pagar cuotas mensuales por el disfrute del producto durante un tiempo. En las cuotas de cada mes se paga lo estipulado y se añaden los intereses correspondientes, además del IVA. Al formalizar el contrato de leasing se suele adecuar al tipo de negocio los requisitos de la cuota, el IVA e intereses, dependiendo de si la empresa es pequeña o grande. Con un leasing podemos solicitar un crédito a una entidad financiera para poder financiarlo y así podremos ahorrar en las comisiones o aplicar las ventajas que se suelen hacer con este tipo de créditos.

Los intereses aplicados en el leasing son un gasto deducible, igual que también es el IVA. El leasing tiene ventajas favorecedoras ya que se puede duplicar la amortización fiscal del bien adquirido y en el caso de pequeñas empresas triplicar esta acción.

Por lo tanto el leasing permite financiar el 100% de la inversión, elimina el riesgo al ser adquirido por el Banco y aporta flexibilidad y rapidez para renovar los bienes empresariales. El plazo de amortización de este bien es menor y nos permite aplazar el pago del IVA. Si lo compráramos directamente tendríamos que abonar todo el IVA correspondiente de golpe.

Fiscalidad del renting

La fiscalidad del producto de renting afecta a empresas y autónomos no sujetos al régimen de estimación directa ya que el bien se concibe para desarrollar la actividad empresarial. Todos los gastos derivados del renting son deducibles. Si queremos comprar unos equipos informáticos para nuestra empresa abonaremos las cuotas para pagar el alquiler de los equipos y en estos ordenadores se incluirá el mantenimiento y las reparaciones que se hayan estipulado por contrato.

Tanto el autónomo como la empresa podrán imputar como gasto deducible lo que pagan por alquilar los ordenadores, la maquinaria o de sus coches. Para ello habrá que demostrar que los bienes son una inversión necesaria para la actividad empresarial y así el IVA se podrá deducir de cada cuota al 100%.

¿Cuál de las dos opciones es mejor?

Tanto en el leasing como en el renting podemos beneficiarnos y tener ventajas fiscales siempre que usemos esos productos para el desarrollo de nuestra actividad. Habrá que estudiar el caso más ventajoso según nuestras condiciones empresariales y a cuál de las dos se le puede sacar mejor partido. Debemos analizar la contabilidad de la empresa para poder decidir cuál de las dos opciones es la que más conviene.

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