LA CURVA DE TIPOS DE INTERÉS INVERTIDA

10/10/2023

 

Durante septiembre, el Banco Central Europeo ha subido tipos y la Reserva Federal ha decidido no tocarlos. En lo que sí han coincidido es en el mensaje de que van a mantener los tipos de interés en estos niveles el tiempo que haga falta para bajar la inflación. Puede que haya sido esta insistencia en mantenerlos más altos lo que ha provocado el evento del mes de septiembre: la subida de la rentabilidad del bono a 10 años del gobierno estadounidense desde el 4,10% hasta el 4,55%[1].

Como siempre, hay otras posibles explicaciones, como el hecho de que en la primera mitad de año EE. UU. no emitiera casi deuda y la esté emitiendo toda ahora o que el precio del petróleo haya subido con fuerza.

Con independencia de la causa real, el hecho es que la rentabilidad de los bonos a 10 años ha subido a nuevos máximos de este ciclo de subidas y eso afecta a otros activos a través del coste de oportunidad.

 

¿Cómo puede ser que los tipos de interés de la Reserva Federal estén por encima del 5% y el bono a 10 años del gobierno estadounidense tenga una rentabilidad inferior a ese nivel?

 

Porque la curva de tipos de interés está invertida, que es la forma sofisticada de decir que a los gobiernos les sale más barato pedir prestado a plazos largos como 10 años que a plazos cortos como 3 meses.

Por ejemplo, a finales de septiembre prestarle dinero a EE.UU. a 3 meses proporcionaba una rentabilidad anualizada de 5,45% y prestarles a 10 años proporcionaba una rentabilidad anualizada de 4,55%.

Esto es lo contrario de lo que suele pasar porque, como vimos cuando explicamos cómo funcionaban los bonos, lo normal es que cualquier deudor tenga que pagar un tipo de interés más alto cuanto mayor sea el plazo al que pide prestado.

 

¿Por qué está invertida la curva de tipos de interés entonces?

 

Básicamente porque el Señor Mercado piensa que los tipos de interés van a bajar. Las razones por las que lo piensa pueden ser muy variadas, pero el caso es que, o lo piensa, o tiene miedo de que pase. Veamos por qué.

Si compramos un bono de gobierno a 10 años al 4,5%, cerramos un 4,5% anual durante 10 años. Si compramos un bono de gobierno a 1 año al 5,5%, cerramos un tipo mayor, pero solo durante 1 año. El problema del segundo caso es que dentro de 1 año recibiremos el dinero y tendremos que reinvertirlo. Si los tipos han subido o se han mantenido, saldremos ganando, pero si han bajado a 2%, reinvertiremos por debajo de lo que obtendríamos si hubiéramos cerrado un 4,5% durante 10 años.

Es decir, si los tipos siguen subiendo o se mantienen altos, habría sido mejor prestar a corto plazo. Si los tipos bajan, habría sido mejor prestar a largo plazo. Como nadie sabe lo que va a pasar con los tipos, ¿qué hacemos? Lo mejor es que minimicemos nuestro arrepentimiento.

Para ello, tenemos que imaginar escenarios como que los tipos dentro de un año en EE.UU. estén al 3% o al 7% y visualizar nuestro arrepentimiento en cada uno de esos escenarios, tanto si hubiéramos prestado a 1 año como si lo hubiéramos hecho a 10 años.

El resultado de la visualización no será igual para todos, cada uno tendremos unos arrepentimientos distintos. La clave es que cada uno minimicemos los nuestros.

 

 

[1] Esto ha provocado una caída en precio en el bono de gobierno estadounidense a 10 años de casi el 4% en el mes.

 

 

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