¿QUÉ ES LA SUBROGACIÓN?
La subrogación hipotecaria es un proceso que permite sustituir una de las partes que intervienen en el préstamo hipotecario. En otras palabras, consiste en trasladar la hipoteca de una entidad a otra sin tener que modificar las condiciones originales.
La subrogación hipotecaria puede ser una buena opción para quienes desean mejorar las condiciones de su hipoteca como, por ejemplo, obtener una tasa de interés más baja o tener un plazo de amortización más largo.
Es importante tener en cuenta que la subrogación puede suponer algunos costes, como comisiones, y que pueden existir ciertas diferencias entre las condiciones ofrecidas por la nueva entidad y la entidad inicial. Es importante comprar detalladamente las diferentes opciones antes de tomar la decisión.
Dependiente de la parte subrogada, existen dos tipos:
- Subrogación de deudor: Generalmente se produce en operaciones de compraventa, en las que el comprador se subroga en la hipoteca del vendedor, manteniéndose normalmente las condiciones de la misma.
- Subrogación de acreedor: Tiene lugar cuando el prestatario mejora sus condiciones de hipoteca cambiándola a otra entidad financiera.
¿Qué es la novación de una hipoteca?
La novación de una hipoteca es un proceso en el cual se puede modificar las condiciones iniciales de una hipoteca. Entre estos cambios pueden estar la tasa de interés o el plazo de amortización, entre otros.
¿Qué diferencia hay entre novación y subrogación?
La novación y la subrogación son dos formas de modificar una hipoteca existente.
La novación consiste en sustituir la deuda original con una nueva, lo que implica la modificación de las condiciones de la hipoteca. En este caso, se crea un contrato nuevo que sustituye al anterior, pero con la misma entidad financiera con la que ya tiene abierta la hipoteca.
Por otro lado, la subrogación consiste en traspasar la titularidad de la hipoteca.