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DEPENDE

24/01/2020 

 

¿Es la bolsa el activo más rentable?

 

Nuestra serie de artículos sobre rentabilidades y caídas históricas de distintos activos nos permite contestar a esta pregunta utilizando la perspectiva del horizonte temporal.

 

Con este enfoque sabemos que no podemos contestar un sí o un no, sino un depende. Ahora sabemos que la bolsa ha sido el activo más rentable a largo plazo, pero también que ha podido ser donde más dinero has perdido en caso de tener que vender entre medias.

 

Ya lo decía Jarabe de Palo a finales de los años 90: “Depende, ¿de qué depende? De según como se mire, todo depende”.

 

Tú tienes un dinero para comprarte un coche el año que viene y crees que invertirlo en bolsa hasta entonces es como ir al casino. Tu vecino acaba de heredar 50.000€ que no necesita para nada y ve la opción de invertirlos en bolsa como la mejor forma de garantizarse una buena jubilación dentro de 35 años.

 

Ambos estáis mirando la misma cosa, la bolsa, pero cada uno ve una cosa distinta. Lo gracioso del tema es que ambos tenéis razón. Tú tienes razón porque la bolsa pierde dinero un 30% de los años, que es mejor que ir al casino, pero tampoco es para tirar cohetes. Tu vecino también está en lo cierto porque es razonable pensar que en el largo plazo la bolsa será el activo más rentable y 35 años es claramente un plazo largo.

 

Muchas veces los estudios sobre los mercados financieros hablan de la rentabilidad de cada activo[1] como si fuera una característica propia de cada uno, como si la gente que invierte en dichos activos fuera a obtenerla automáticamente.

 

Puede que el activo más rentable exista en el mundo de esos estudios, pero en el mundo real no. En el mundo real el activo más rentable puede convertirse en el menos rentable si se nos rompe el coche y para arreglarlo tenemos que vender en el peor momento. Lo que existe en el mundo real no es el activo más rentable, ni siquiera el activo más rentable para ti, sino el más rentable para una parte de tu dinero.

 

Por lo tanto, nuestro primer paso debe ser separar nuestro dinero en “cestas” según el momento en el que vamos a necesitarlo. Una vez que tenemos claro el horizonte temporal de cada “cesta”, la elección de en qué activos invertir el dinero de cada una se realizará muchas veces casi por descarte[2], antes incluso de entrar a considerar la rentabilidad o el riesgo que queremos asumir.

 

Por eso, aunque tú quisieras asumir riesgo nunca deberías invertir en bolsa el dinero del coche y aunque tu vecino fuera un cagueta nunca debería meter la herencia en un depósito.

 

Este enfoque no solo tiene el beneficio de simplificar las cosas, sino que además ayuda a que no tengamos que vender en el peor momento y que de esa forma la rentabilidad que obtengamos sea lo más próxima posible a la rentabilidad de largo plazo de cada activo y no considerablemente menor como suele ser habitual[3].

 

Visto así parece hasta fácil: automatiza tu ahorro; decide que parte de ese ahorro vas a necesitar en los próximos años; elige dónde invertir cada parte según cuándo la vas a necesitar; y lo más importante: una vez automatizado, olvídate y disfruta de la vida.

 

[1] Bonos, bolsa, materias primas, etc.

[2] Hace un par de artículos vimos las probabilidades de haber perdido dinero en el pasado en cada activo.

[3] Son numerosos los estudios que demuestran que los inversores tienden a comprar y vender en el peor momento desde el punto de vista de sus intereses económicos.

 

 

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